Creación:
En una tienda remota, un muchacho con apariencia desaliñada ofrecía a la venta un librito viejo y dañado. Juraba que contenía secretos de los extraterrestres. Yo no tenía dinero, así que pedí al dueño de la tienda que lo comprara.
De pronto entraron dos seres extraños. Eran pequeños, de piel muy pálida y delgados, con la cabeza grande y sin cabello. Sus ojos, enormes, estaban rodeados por un rojo oscuro que parecía sangre. Estaban desnudos y carecían de aparato reproductor visible.
Uno de ellos tenía en sus brazos un diminuto bebé, del tamaño de mi mano. No hablaban; solo mostraban al bebé en silencio, como pidiendo ayuda. Me miraron con tristeza y sonrieron. Yo devolví la sonrisa.
El pequeño bebé estaba sin vida. El dueño lo tomó, lo puso sobre una mesa y quiso examinarlo y ver en su interior. No quise mirar. Me marché antes de que mis ojos guardaran aquellas imágenes.