Creación:
En esta ilustración digital nace una figura suspendida entre lo humano y lo divino. Una diosa dormida, preservada como reliquia viva. Silenciosa, con los ojos cerrados, parece meditar en un plano inalcanzable para el mundo ordinario. Su largo cabello fluye como un río de plata, símbolo de lo eterno y lo sagrado.Habita un espacio íntimo, adornado como un altar, donde el tiempo se ha detenido. No es solo un objeto: es presencia. Una reliquia que aún respira.
Muchas de mis obras anteriores están firmadas como Elizabeth S, el nombre que usaba antes de adoptar Lyzaphine. Aunque el nombre haya cambiado, sigo siendo la misma persona detrás de cada trazo.